sábado, 9 de febrero de 2013

GUERRA PSICOLOGICA

Estos son tiempos de indigencia espiritual, donde la lucha por mantenerse en el poder lleva a los revolucionarios a utilizar armas extremas de guerra psicológica sobre la población civil. En condiciones normales, una comunidad internacional que no represente gobiernos y presidentes en ejercicio, y por el contrario sea garante de la democracia como sistema estaría garantizando a los pueblos una observación en defensa de ellos mismos. Venezuela desde el comienzo de la revolución a estado sometida al ejercicio de una guerra de cuarta generación, se desarrolla esta guerra en el pensamiento de las personas, su fin es un cambio cultural del colectivo, cambia costumbres, maneras de hacer las cosas, creencias, valores, sustituye suplanta unos por otros, los nuevos valores individuales y sociales. De allí el tema tan repetidamente denunciado de la reinterpretación de la historia llevándola al extremo de hacer la historia de Venezuela desde la historia de Chávez, éste como la resurrección de Bolívar.

La revolución pasó de ser nacionalista a revolución que internacionaliza la revolución socialista ortodoxa y coloca a Cuba como centro de operaciones, la sociedad más alabada por los revolucionarios es la Cubana entendiéndola como “el glorioso pueblo cubano”, pasamos de Bolívar a Fidel, de democracia a socialismo, de Estado Democrático a Estado Comunal. Este proceso de cambio cultural operó lógicamente primero sobre una parte de la sociedad, la que afecta al oficialismo y que para mantenerse en la dadiva de la misión y otros en su empleo comenzaron participando de los cursos de socialismo. El Gobierno con la historia de la hegemonía de los medios privados controla el 80% de la torta de medios y la utiliza sólo para ideologizar. La estrategia utilizada ha sido romper la lógica de la gente, que nada sea normal y que Venezuela se maneje dentro de la anarquía, que las instituciones no sirvan al propósito constitucional, sólo a la revolución, que el hombre sienta que pasa de ciudadano con derechos a pueblo sin derechos, el abuso por parte de los funcionarios civiles y militares juega papel fundamental en este proceso de conducir al venezolano al “trauma vicario” cuya finalidad es paralizarlo, que vea pero no reaccione; que tenga miedo.

Esto explica la ineficiencia en el combate a la delincuencia, es parte del formato para que la población viva con miedo. La violencia como instrumento político, el discurso insultante y degradante, para que no sea de ideas, sólo de insultos. Su herramienta es la política de odio que mantiene a los venezolanos divididos. Ahora presenciamos una nueva etapa de esta guerra psicológica muy peligrosa, se denomina “transubstanciación de identidad” explica Axel Capriles que “estas frases repetidas una y otra vez, "yo soy Chávez" o "Chávez no está en Cuba, está aquí en Venezuela, está en todo el mundo, porque todos somos Chávez", había algo más que un simple eslogan o lema publicitario, se estaba dando un verdadero proceso de transubstanciación de identidad. Ocurría un síntoma típico de las psicosis y de los fenómenos de masa: la despersonalización, la pérdida de los límites de la personalidad individual y la adopción una personalidad arquetípica”. Su objetivo: desmoralizar, neutralizar, y silenciar a los opositores. Todas las acciones del Gobierno y sus representantes están dirigidos a crear un estado de confusión, decepción, frustración y adaptación. Esta es una guerra que se libra en la mente de todas las personas, pretenden crear una victoria virtual, como dice Axel, Pretenden ganar con un “jaque simple” y no llegar al difícil “jaque mate”. Esta es una guerra de posiciones y de sensaciones. Sobre el chavismo lograron una transculturización, los cubanizaron y les implantaron el “chip” socialista de racionamiento, y sobre el resto de la población una pesada guerra psicológica. La próxima semana hablaremos de lo que tenemos que hacer. Difúndalo Carlos Casanova