LA CRISIS DE LOS ALIMENTOS
A este tema hay que ponerle mucha atención toda vez que 32 países y más de 100 millones de personas están sufriendo y padeciendo de hambre en el mundo, en una crisis que tiende a agravarse. Altos precios, aumento de la demanda y poca oferta son algunos de los elementos de esta crisis. Lo cierto es que se traduce en una oración preocupante, el mundo no produce lo que el mundo está comiendo. Hay que agregarle el alto precio del petróleo y su incidencia directa en la producción y distribución de alimentos que encarece toda la cadena. Por otro lado el uso del biodisel como alternativa a la crisis del petróleo genera otra competencia económica entre producir para alimentar o producir para generar alternativas energéticas mejor pagadas. Otro elemento indispensable por analizar es el referido a los subsidios y esquemas proteccionistas que impiden un mercado global de competencia libre. El costo de la energía y fertilizantes en los países en vías de desarrollo constituyen un obstáculo para incrementar la producción, en otras palabras estos países no están sembrando. La crisis es general y afecta a todos los países no solo a los no productores de petróleo ya que los que producimos como Venezuela importamos los productos agrícolas del resto de países que no son petroleros, vale decir, no estamos beneficiados por ser productores porque al importar los alimentos lo hacemos a los costos altos de producción de estos países. Podemos pasar de una crisis de alimentos a una hambruna si no obramos con sensatez; las medidas de prohibir la exportación de alimentos para asegurar inventarios incentivan acaparamiento y aumentan más los precios perjudicando a los pobres que hoy no podemos alimentar. En el cono sur incluyendo a Venezuela nuestro problema es que tenemos ahora una agricultura rudimentaria como consecuencia de las importaciones e intervenciones de tierras productivas para dar paso al colectivismo agrícola que no ha dado resultado, razón del por qué estamos importando más, nuestra economía es de “puertos” lamentablemente, lo que podemos producir lo estamos trayendo del exterior. Estos factores empeorarán la economía doméstica si no se aplican medidas antiinflacionarias serias, ya que solo en el sector de los alimentos la inflación anualizada supera el 49% y está claro que el sector más afectado son los de menos recursos vale decir los pobres. Nuestra seguridad alimentaría depende de otros países y gobiernos. ¡Que pena!
CARLOS CASANOVA
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