sábado, 12 de julio de 2008

SANTA RITA DE CASCIA

SANTA RITA DE CASCIA
Hoy el mundo regresa a la religión a lo espiritual, el hombre se encuentra con la fe. Admito que escribir sobre estos temas no es fácil, pero como no oculto mi fe, lo haré a través de mi experiencia que quiero trasmitir. La lucha entre el bien y el mal tiene por escenario a la persona misma, es en el hombre donde los valores y anti-valores se encuentran como lucha de contrarios, lo material y lo espiritual. La sociedad de consumo nos aleja del campo espiritual, sabiendo que es un cuerpo que se debe alimentar. Esta sociedad avanza en el camino conforme al cual a las personas les queda poco tiempo para las cosas, es el decir más generalizado “no me alcanza el tiempo” y han convertido el tiempo en dinero “el tiempo vale oro”.No basta ir a una iglesia para estar bien con el Creador, hay que militar en sus prácticas, no en las falsas posturas y en la doble moral. Se trata es de tener la convicción de la fe, tener equilibrio y mantener una pureza de cuerpo y alma. Entonces el que cultiva su espíritu sabe que Dios habita en su alma; el que no cree ni tiene fe nunca ni siquiera sabe donde lo encontrará; sin percatarse que lo tiene muy cerca. Prefieren los materialistas leer y practicar la “ley de atracción” para ser ricos que buscar en la oración y en la palabra de Dios “lo que le pidas”.La diferencia fundamental es que el que quiere atraer riqueza por vía de la ley de atracción quiere es sumergirse en los anti-valores que la riqueza en oportunidades trae. La oración todo lo puede y todo lo consigue, claro si se hace con verdadera fe y no poniendo cara de fe. Las oraciones solo tienen virtud real cuando se dicen con fe. “Pedid y recibiréis”, dijo Cristo. Pero ¿Qué es la oración? Para el racionalista una cosa incomprensible; pero para el místico, es la cosa más fácil del mundo de comprender, porque la oración es el acto místico por excelencia. Si estamos en equilibrio espiritual la oración es el medio más idóneo para conectarnos con la grandeza de Dios, ese que está en nosotros y que nos conecta con la inmensidad universal. Si lo que pides en la oración es para orgullo individual o para regodearte de vanidad, obvio que encontrarás lo contrario. Puedes pedir cosas materiales siempre y cuando lo hagas con desinterés. En estas cosas, me encontré con Santa Rita de Cascia, la Santa de los Imposibles. Sorprendido me quedé de los comentarios de mi esposa, que asistió a la misa que en honor de la Santa se celebró en la iglesia San José el 22 de mayo, me refería que muchísimas personas eran devotos de ella y me trajo unas novenas. Sabiendo entonces que era Santa de los Imposibles realicé con la devoción que mi fe mueve, de corazón la novena, y aquello que pedí durante los nueve días se fue cumpliendo, unas cosas igual a como se las pedí, otras de forma diferente y aprendizaje en otras. Mi compromiso diario en mis oraciones era que haría público el hecho de que si se cumplía mi pedido lo comunicaría a todos, y es lo que he hecho esta semana que pasó, en mi programa “Un día más” en Ecos del Torbes de 6 a 7 a.m. y con este artículo. Decirles que aún rezo las oraciones de Santa Rita de Cascia La santa de los Imposibles y que cosas que me eran imposibles se hicieron realidad. Los quiero invitar a que se encuentren con la Santa y háganlo de corazón.
CARLOS CASANOVA

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