jueves, 10 de abril de 2008

EL CASO IRAN-VENEZUELA

EL CASO IRAN-VENEZUELA
Hace aproximadamente dos años se descubrió que Irán realizaba y practicaba actividades que los conducía a tener en su poder Uranio Enriquecido como para armar bombas atómicas, para tener estas bombas es indispensable tener uranio enriquecido; por lo que Países como ALEMANIA, FRANCIA E INGLATERRA realizaban gestiones para que las investigaciones cesaran
IRAN decidió reemprender sus actividades que siempre ha considerado pacíficas, con lo cual dio por terminada la mediación y se solicito la actuación del Consejo de Seguridad.
CUBA, SIRIA Y VENEZUELA son los únicos tres Países que votaron en contra de remitir esté caso al Consejo de Seguridad.
VENEZUELA ha proclamado la multipolaridad como fundamento de su acción política internacional, pero resulta que solo en el campo militar existe unípolaridad ejercida por EEUU y sus aliados, de ahí el por qué la visita de los Iraníes a Venezuela este mes que concluyó proclamaron igual la multipolaridad defendiendo su programa de desarrollo del uranio.
Si el mundo ya es multipolar en materia económica y comercial resulta más que obvio que cuando Irán y Venezuela hablan de multipolaridad es rompiendo o tratando de romper con la unípolaridad americana y la de sus aliados.
Pero no puede Chávez alegar que si los países ricos tienen bombas atómicas los países del tercer mundo también tienen derecho a tenerlas. Toda vez que lo que sí han expresado el resto de los países del mundo en sus tratados es la no proliferación de armas atómicas ni la proliferación nuclear.
O luchas por tener y que otros tengan armas nucleares que es nuestro caso o luchas como la inmensa mayoría para que no existan ya que su uso pone en peligro a la humanidad.
¿Quién está equivocado? Yo creo que Chávez y la posición venezolana en esta materia;
Ya que otros aliados de Venezuela para algunas cosas como Brasil, Argentina, China y Rusia no votaron como si lo hicieron solos Cuba, Siria y Venezuela.
Mucho se ha dicho y escrito sobre las relaciones del movimiento revolucionario venezolano con los libios, iraníes e iraquíes.
El problema fundamental que enfrentamos los venezolanos con esta revolución es que no hablan claro, todo lo disfrazan y nunca revelan sus reales intenciones lo que los obliga a jugar en tableros distintos en un mismo tiempo.
Chávez proclama la multipolaridad militar, compra aviones de combate tucanos brasileros, corvetas españolas, helicópteros rusos, cien mil fusiles KALASHNIKOV y señala que armará a un millón de integrantes de la guardia territorial y agrega que con esto no se rompe el equilibrio militar latinoamericano pero nos preparamos para una guerra asimétrica. Todo en nombre de los pobres y en contra de los ricos, en nombre de la unidad latinoamericana y contra EEUU.
Lo cierto es que Chávez lleva a Venezuela a ser socio con propósitos políticos de países dictatoriales, autocráticos y guerreros.
A Venezuela se le consigue ahora en el concierto internacional formando parte del proyecto continental revolucionario, multipolar y anti-estadounidense y sus aliados.
Allí junto a Corea, Libia, Irán e Irak y pretende que nadie se preocupe por sus andanzas en nombre de la autodeterminación de los pueblos y la soberanía.
Por ello se consiguieron juntos pero solos en la votación Siria, Cuba y Venezuela y pretende postular a nuestro país para que forme parte del consejo de seguridad de La ONU y lo que es peor aún reclamando solidaridades como recompensa por la diplomacia petrolera.
Lo que no entiende Chávez es que su interés internacional es contrario al interés de la amplia mayoría de los países que reclaman paz perpetua; nos coloca Chávez en el peligroso juego de intereses que nos son ajenos del mundo islámico con el occidental llevándonos a escenarios y caminos jamás transitados por nuestra pacífica sociedad pero colocándose en el juego de intereses de la guerra, pero en todo caso descolocando a Venezuela de su posición como país raza y civilización inscrita en los genes del mundo occidental. Venezuela tiene que jugar el destino del mundo occidental y no anotarse en intereses distintos que atenten contra su propio mundo.
Los venezolanos no nos merecemos el destino ególatra del capricho de un gobernante que por el hecho de querer ser distinto nos conduce a campos inexplorados.
CARLOS CASANOVA

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