jueves, 13 de septiembre de 2012

DERROTA Y DIÁLOGO DE PAZ

I

En Colombia se han producido varios diálogos de paz en tiempos y Presidentes distintos. Cada quien defiende los resultados de sus intentos de lograr la paz. Diálogo como el que permitió al M-19 reinsertarse social y políticamente por los resultados fue exitoso. Otros no lo fueron como el de la “zona de despeje” que permitió a las FARC un reagrupamiento estratégico y logístico.

Es importante señalar que las guerrillas también han tenido sus distintas etapas. Así, las guerrillas en sus primeros tiempos y muchos años después se mantuvieron con una conducta ideológica y política que determinaba su proceder y guía; luego las guerrillas entraron en el negocio del narcotráfico y perdieron su contenido ideológico. Estos actos los justificaron en la necesidad de financiamiento para poder subsistir. Lo cierto es que no solo subsistieron sino que les permitió modernizar su equipamiento militar. La premisa “el fin justifica los medios” es la premisa con la que terminaron justificando el hecho de convertirse de guerrilla ideológica a cartel guerrillero.

II

Se acusa al Presidente Álvaro Uribe ahora, de no haberle dado posibilidad a la paz. Cabe preguntarse ¿qué hizo las FARC cuando todos los gobiernos querían la paz? ¿Qué querían las FARC?

Se cae en afirmaciones peligrosas poniendo al Gobierno como el que no ha querido la paz. Son las guerrillas las que no han querido la paz y en ello no debería haber duda.

Álvaro Uribe delineó la política de “seguridad democrática” y puso las cosas en su exacta dimensión. Esta política fue cuestionada por factores que miran los derechos humanos de las guerrillas pero nunca se detienen en los derechos humanos de las victimas y familiares.

Nadie puede dudar del éxito de esta política que redujo a las FARC a su mínima expresión. Los colombianos aplaudieron esta política y los que estamos fuera de sus fronteras también. Había una respuesta militar que dar y eso fue una de las cosas que se hizo.

Esta política de “seguridad democrática” fue tan exitosa que no solo Álvaro Uribe salió con un amplio respaldo a su gestión, sino que le permitió a Juan Manuel Santos acrecentar su imagen y llegar a la Presidencia de Colombia.

III

¿Por qué cambiar una política que fue exitosa? Desmontar la política de “seguridad democrática” es un objetivo de la izquierda latinoamericana, que en Colombia encuentra como aliados a todos los adversarios políticos de Álvaro Uribe, que en su momento también lo fueron de Santos.

¿Hay relación directa en cambiar y desmontar la “política de seguridad democrática” con el inicio de las conversaciones o diálogos de paz? Esta es una buena pregunta. Diera la impresión que el prerrequisito para oficializar o hacer públicos los contactos entre guerrilla y gobierno era ese giro político.

Lo cual indica que alguien sugirió que este dialogo se tenía que dar y también colocó como prerrequisito ese cambio.

El Presidente Santos debería aclarar a instancias de quien se recomienda este diálogo o quien se lo sugiere y explicar el giro de una política exitosa que no estaba cuestionada por los colombianos.

Si esto es así, tenemos que el Presidente Santos cambió una política por requerimiento de otros, de donde Santos ya cumplió su parte y se está en espera de que el diálogo rinda frutos en el cese de la actividad guerrillera. ¿Los interlocutores acaso le garantizaron el resultado? Tienen que tener una jerarquía política con suficiente influencia entonces sobre las FARC para que Santos confíe en que este diálogo es serio.

Si la política de “seguridad democrática” conducía a las FARC a una derrota definitiva o a su rendición incondicional, es obvio que los que promovieron el diálogo buscaban un conteo de protección y convertir la derrota de las FARC en un diálogo que les permita lavarse la cara de ser grupo narcoterrorista y negociar condiciones de actuación política.

IV

Sabemos que las FARC dependen del eje político Fidel-Chávez, que su destino está asociado a sus recomendaciones y apoyos, así como se sabe que Colombia es un país estratégico para los Países del Alba. Debemos recordar que todos los países de izquierda tenían sus miras políticas en Colombia y los impases que se vivieron en tiempos de los gobiernos de Uribe tienen su epicentro en esto.

Chávez ha dicho en más de una oportunidad desde el punto de vista geoestratégico que las FARC frente a una eventual invasión de los Estados Unidos cubrían su espalda territorial con la frontera colombiana.

Chávez impulsó un cambio en la calificación de terroristas a las FARC y luego a esta posición se sumaron los gobiernos de izquierda del Alba. La revolución socialista que impulsa Chávez en Venezuela tiene identidad ideológica con las FARC. En Venezuela nadie duda de la presencia de las FARC y de otras guerrillas incluida la venezolana fuerza bolivariana de Liberación FBL.

V

¿Prefirieron la salida negociada antes de una derrota definitiva o su rendición incondicional?

En Colombia se reabre un debate sobre la paz, los que no estaban de acuerdo con las políticas de Uribe que ejecutó Santos, ahora salen como poseedores de la verdad sobre sus cuestionamientos, se fractura una unidad política que modernizo Colombia que será aprovechada por los que se habían convertido en dinosaurios de la política. Santos pierde base política de sustentabilidad.

Hoy existe la convicción de que este diálogo de paz se hace con unas FARC disminuidas, que aprovechan el descuido para avanzar en algunos territorios pero con sus líderes fundamentales dados de baja.

La política social de las FARC está totalmente deslegitimada por un lado y por el otro sorprende como ahora si creen en la política de sustitución de cultivos ilícitos que antes cuestionaron del plan Colombia y que han sido argumentos de la izquierda latinoamericana contra los planes planteados frente al cultivo de plantas ilegales. Es un error de apreciación política otorgarle hoy a las FARC un carácter político militar que no tienen, y peor aún creer y declarar que las FARC y los militares colombianos son enemigos legítimos y en razón de ello se justifica un diálogo de negociación para parar un conflicto entre partes. Se está en presencia de un cartel guerrillero, que quiere tratamiento político que justifique también sus fuentes de financiamiento.

Cuando el Gobierno colombiano se sienta a negociar no debe quedarle duda que lo hace con un grupo terrorista y narcotraficante y no solo con un grupo guerrillero que tiene una opinión sobre el país y su rumbo, luego del inmenso daño asociados a sus prácticas.

El tiempo dirá que sucederá con el diálogo, y a la luz pública saldrán los pormenores de las iniciativas del diálogo.

Si hay paz y las FARC dejan las armas habrá ganado Colombia. Si se logra la paz y la definitiva desmovilización de las FARC pero se sabe que fue a instancias de Chávez y de Fidel que se inicia este diálogo habrá ganado Colombia, las FARC, la izquierda latinoamericana y la colombiana, y además le habrá abierto Santos las puertas a Piedad Córdoba colateralmente señalando que siempre tuvo razón y que lo demás fueron excesos. Si se desmovilizan y se ratifica que fue solo a instancias de Santos habrá ganado Colombia y Santos su relección. Si los diálogos de paz fracasan, habrá perdido Colombia, las FARC habrán ganado un giro en la política que los arrodilló, quedaran repotenciados como grupo político y no como narcoterrorista, ganando territorio y santos perderá su relección.

VI

Si el destino de las FARC era la derrota o la rendición incondicional, resulta obvio que quieren disfrazar este hecho en el diálogo. El gobierno de Santos llega al terreno con las condiciones de las FARC y no al contrario como ha debido ser. Queda por determinar los intereses que mueven una posible desmovilización definitiva y el tema del narcotráfico, ya que las FARC son un cartel, pero el negocio se ha extendido hacia Venezuela, hay muchas interrogantes todavía por dilucidar sobre el futuro económico que defendieron las FARC en el narcotráfico.

Cuestionar a Uribe por sus posturas es una equivocación, sus políticas dieron resultado y está siendo celoso de que lo avanzado no se pierda, que el territorio recuperado para el Estado colombiano no se pierda nuevamente. El diálogo esconde la derrota de las FARC, les lava la cara de narcoterroristas y les coloca en la puerta del ingreso a la política; los que lo saben promovieron el diálogo.

CARLOS CASANOVA LEAL

No hay comentarios: