domingo, 23 de septiembre de 2012

PERDIMOS EL TIEMPO, LA PLATA Y LAS OPORTUNIDADES

Esta es la impresión que tenemos los venezolanos después de 14 años de gobierno revolucionario de Chávez. El costo de imponer su pensamiento contra la constitución terminó acabando con el país, con su aparato productivo, con los empleos y con el estilo de vida de los venezolanos. Ese costo de cambiar el modelo de economía social de mercado establecido en la carta fundamental por el socialismo ortodoxo cubano ha sido alto para el país. La explosión de la refinería de Amuay y mas recientemente la del Palito demuestra que las políticas de prevención y mantenimiento de la principal industria del país esta en manos inexpertas. Sorpresa mayor al conocerse que luego de la explosión se esperaba por las reaseguradoras para que pagaran los daños, oh, sorpresa; las reaseguradoras serias ya no estaban con PDVSA y la empresa reaseguradora es de un primo del Ministro de energía con una empresa que no califica; la consecuencia es que no pagarán, lo hará el Estado. Hoy los venezolanos damos gracias a Dios porque no comenzaron ni desarrollaron la energía nuclear. La ausencia de políticas de mantenimiento por parte del Gobierno se evidencia en todos los sectores, infraestructura, vialidad, electricidad, transporte, servicios púbicos, gas domiciliario, gasolina, agua, alimentos; y en todos existe racionamiento y escases. Importar el 80% de lo que consumimos los venezolanos, importar gasolina siendo productores de petróleo dibuja un país que dejó de serlo, dejó de funcionar, donde las cosas se hacen al contrario de lo que indica una política para superar las deficiencias que existen en la sociedad. El discurso revolucionario luce contradictorio cuando la importación de gasolina se hace desde Estados Unidos y se predica un falso desarrollo basado en la expropiación de todo emprendimiento privado en busca de eliminar la propiedad privada. El discurso de nacionalización terminó entregando a las empresas extranjeras las distintas concesiones petroleras. Chávez no cree en los venezolanos, todo lo contrata en el exterior. La presencia de cubanos en los distintos niveles de la administración gubernamental y el control por ellos ejercido en materias como identificación, registros y notarias, INTI, puertos; habla de una colonización y de un comisariato político para implantar la revolución que se expande de Cuba por Latinoamérica financiada con los dólares venezolanos. El Estado comunal y las organizaciones de base totalmente partidizadas quedaron mediatizadas y sin mayor autonomía que la del propio partido. La desinstitucionalización, una milicia con pretensiones de ser la fuerza fundamental de las FAN, el discurso de la guerra asimétrica y la contradicción de la compra de armas convencionales evidencia un país sin rumbo y un pensamiento presidencial que no recoge las aspiraciones de los venezolanos. El pueblo se ha visto envuelto en una discusión que se corresponde a ideologías ya superadas; estamos en una regresión al pasado y viviendo de fotografías congeladas, nos sustituyeron a Bolívar por Fidel y así fuimos perdiendo valores de identidad nacional por los valores revolucionarios y socialistas. Hemos sido victimas los venezolanos de las prácticas que nos mantenían divididos con altas cargas de odio entre nosotros, hoy parcialmente superado por el discurso central de unidad nacional que exhibe Capriles. Nadie entenderá jamás, ni hoy ni mañana, como este Gobierno contando con el precio más alto del barril de petróleo que nunca antes vimos, haya dilapidado todo ese dinero traduciéndose en una expresión, ¡Chávez entregara un país en peores condiciones de como lo recibió!. Existe un criterio formado en la sociedad conforme al cual los chavistas que llegaron al gobierno asaltaron el erario público y convirtieron la producción de las empresas básicas en carteles de mercado negro. No hay discurso que sostenga o justifique la presencia de Chávez por más tiempo en la presidencia. Hoy admitiendo que perdimos el tiempo, el dinero y las oportunidades, tenemos que ponernos en pie de lucha y junto a Capriles emprender la reconstrucción del País atendiendo la profunda desigualdad que ahora existe. El camino de progreso requiere tu participación el 7 de octubre votando por Capriles.

CARLOS CASANOVA

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